Hemos hablado previamente sobre cómo nuestra psique afecta nuestra salud física en el artículo sobre «La salud mental como base del bienestar«. Esta vez hablaremos de lo opuesto, de como una técnica tan básica y milenaria puede ayudarnos profundamente, física, psicológica y emocionalmente. Hablaremos de los masajes terapéuticos.
Terapia ancestral
A la palabra «masaje» se le atribuyen varios orígenes de diferentes lenguas antiguas. En el hebreo «massech» significa palpar, del francés «masser» denota amasar, del árabe «mass’h » significa apretar con suavidad y entre otras raíces más, queda claro el valor que ha tenido desde muy pronto en nuestra historia, valor que va más haya de solo nuestra especie.
Con certeza podemos decir que el masaje se originó de uno de las reacciones más primitivas hacia el dolor. Este es un comportamiento que inclusive vemos en los animales, los cuales suelen frotarse o lamer para aliviar el dolor o curar sus heridas. De la misma forma pasaba con el hombre primitivo, siendo esta su única forma en ese entonces de poder lidiar con las lesiones.
Foto de Jozsef Hocza en Unsplash
Se cuentan con registros que datan del 2000 a.c. de diferentes culturas como la persa, los egipcios o los mismos griegos, que estudiaban y promovían está práctica, explorando en sus beneficios, si se realiza de forma correcta.
Medicina completa
Los extraordinarios resultados del masaje terapéutico se basan principalmente en el hecho de impactar en todos los ejes de la persona atreves de su cuerpo, el cual presenta diferentes sintomatologías a consecuencia de los pensamientos y emociones del individuo. Con las propiedades de la fricción, el ritmo y la temperatura, se logra crear una terapia muy efectiva.
Los masajes no solo relajan los músculos. Tienen una amplia variedad de efectos en el cuerpo, a nivel dérmico, exfolian la piel y facilitan la absorción de las lociones que se usen, a la vez que reactiva las glándulas de la piel. En los músculos, propicia la eliminación de sustancias de desecho, evita el catabolismo y mejora su oxigenación. A nivel circulatorio, dilata los vasos sanguíneos, mejorando la oxigenación además, libera histamina, la cual ayuda a la relajación. Y, por último, disminuyen el dolor.
Por ahora solo hemos hablado de sus efectos físicos, pero los masajes terapéuticos no se quedan ahí. Esta es una terapia en la que el mismo paciente juega un papel tan importante como el del terapeuta. El terapista siempre debe de tener claras sus intenciones a la hora del masaje. Proyectando en el cometido de ser el medio por el cual las emociones del paciente deben ser liberadas, no obstante no debe absorber las mismas. Lo mismo ocurre con el paciente, quien debe de abrir su corazón y dejarse guiar por el masajista.
Fotografía de Conscious Design en Unsplash
Un complemento
Si bien es cierto que los masajes terapéuticos ayudan a la liberación de las emociones, no es el medio completo para tratar este tipo de dolencias. En el clown terapéutico encontrarás el camino para poder no solo solucionar los problemas emocionales por los que estés pasando, sino también descubrirte a ti mismo y amarte completamente.
Los masajes terapéuticos son una herramienta más con las que se cuenta para mejorar la salud mental y emocional de las personas, por lo que invitamos a todos nuestros lectores a desbloquear sus emociones con un relajante masaje.