Vencer el miedo, un acto de amor

vencer el miedo

El miedo es un reflejo ante una situación amenazante inminente. Esta situación puede ser real o imaginaria, y la forma en como respondemos es diferente en cada persona. El miedo nos limita muchas veces, por lo que superarlos es fundamental para el desarrollo pleno del individuo.

Asegurar la supervivencia

El miedo cumple la función de mantenernos vivos. Es una emoción muy profunda, tanto que lo compartimos con los animales. En muchos casos la reacción que ocasiona está definida por la genética. Como el miedo a la obscuridad o las arañas, miedos que aumentan la posibilidad de sobrevivir del individuo. Por ejemplo, es natural temerle a la oscuridad cuando somos niños, porque somos animales diurnos y estar en la oscuridad nos expone ante amenazas que no somos capaces de ver.

Expertos han establecido cuatro respuestas principales, que son la inmovilización, la huida, la reacción agresiva y la sumisión. Además también ocurre un aumento de la presión sanguínea, dilatación de las pupilas y los músculos se contraen, preparándose para responder ante la amenaza. Todas estas reacciones se activan dependiendo de la situación, la personalidad y las vivencias previas de la persona. Por ejemplo, ante una experiencia nueva, solemos experimentar miedo. Si somos alguien valiente, nos será más fácil controlarnos, además de que la información previa que hayamos adquirido también ayudará a reducir o aumentar el mismo. Al terminar la actividad superando el miedo, nunca más volveremos a sentirlo.

Mal innecesario

A pesar de que su función es asegurar nuestra supervivencia, los miedos ya no los necesitamos tanto. Principalmente por los avances tecnológicos y el estado de nuestra sociedad. Vivimos en ambientes mucho más controlado de lo que solía ser hace millones de años. Si bien es cierto que ahora podemos experimentar el miedo en situaciones modernas como robos o asaltos, este suele tornarse en nuestra contra. Si sueles reaccionar agresivamente ante el miedo, tus posibilidades de salir herido de situaciones así son muy altas. Además, estos son miedos que vamos adquiriendo gracias a nuestras relaciones sociales.

El miedo también afecta estas relaciones sociales. Si no poseemos las herramientas adecuadas, podemos perder muchas oportunidades sociales debido al temor. Temor al qué dirán, temor a fallar, etc. No nos deja disfrutar plenamente la de nuestras vidas, nos encasilla a una zona de confort muy reducida que solo podremos salir si superamos nuestros miedos.

Una lucha trascendental

Superar el miedo no es tarea sencilla. Siendo el primer paso el autoconocimiento de uno mismo. Como comentamos en «Nuestro niño interior, una retrospección necesaria«, este puede ser un proceso muy delicado, y aún más cuando hablamos de los miedos. Así podremos identificar sus causas, nuestras debilidades y las fortalezas que podemos usar a nuestro favor.

Luego tendremos que superar el miedo al miedo. Si, muchas veces, y seguro lo has experimentado, solemos temerle más a los síntomas del miedo que la causa en sí. Finalmente, la verdadera clave para superarlos es exponernos y aprender a convivir con él. Lentamente ganaremos la confianza en nosotros mismos para ir cada vez más lejos, hasta lograr romper esa cadena que nos impedía superarnos.

Trabajar para superar los miedos es un acto auténtico de amor a uno mismo. Todos sabemos lo limitantes que son y las oportunidades que perdemos. Superarlos es liberarse, es darnos la posibilidad de poder explorar nuevos horizontes.

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