A lo largo de nuestras vidas, cambiamos muchas veces nuestra forma de pensar y nuestra personalidad. Nuestra alma es moldeada por nuestras experiencias y las personas que conocemos. Aun así, no hay edad para realizar un gran cambio en nuestras vidas. Todos maduramos a diferentes velocidades y la necesidad de volver a nacer puede aparecer en cualquier momento.
Una decisión complicada
Hay muchas razones para tomar una decisión tan importante. Hay personas que han vivido desde su infancia adaptando su personalidad a lo que los demás esperan de ellos. Causando en su adultez una sensación de inconformidad y de que no hacen lo que realmente quieren o como realmente lo quieren hacer. Por otro lado, también puede suceder por la superación de circunstancias difíciles que desencadenan en la persona un cambio total de mentalidad. O, incluso, por el simple deseo de cambiar su estilo de vida.
Querer volver a nacer, surge de la necesidad de las personas de querer ser quienes realmente son o quienes quieren ser. Surge de un proceso de autoconocimiento, reflexión y disconformidad. Un desea por dejar el pasado atrás y volver a empezar desde cero, pero aprovechando y siendo consecuente con sus experiencias pasadas.
Conocerse mejor para ser mejor
Conocer, experimentar y estar abierto a cosas nuevas siempre nos ayuda a madurar y crecer como personas. El conocimiento nos cambia, pero también es importante mirar hacia adentro de nosotros, conocernos mejor. Saber más de nosotros nos ayuda a entender nuestro comportamiento, decisiones, la diferencia entre el yo pasado y el presente. El autoconocimiento es un factor esencial en este proceso pues, no podremos decidir quienes queremos ser si no nos analizamos primero.
Fotografía por Giulia Bertelli en Unsplash
Como comentamos previamente en algunos artículos (Mujeres y el encuentro consigo mismas y Nuestro niño interior, una retrospección necesaria), el proceso de autoconocimiento es uno muy delicado y complejo. Pero en este proceso, la persona se enfoca más en reconocer nuestros errores, aprender de ellos y no volver a cometer los mismos. Ser crítico con uno mismo, saber lo que realmente deseamos hacer con nuestra vida, y dejar el pasado atrás.
Un nuevo comienzo
Solo se nace físicamente una vez, pero podemos renacer mentalmente infinidad de veces. Es un proceso natural y que demuestra, sobre todas las cosas, madurez. Renacer es el primer paso hacia la aceptación, una de las más grandes muestras de amor propio. Toma tiempo, es complicado, pero es necesario para ser la mejor versión de uno mismo, llena de coraje y con la gran voluntad de conseguir lo que realmente deseas.